EL MISIONERO (tomando como
base un poema de F.C.)
Paso a paso, muy despacio,
camina por todos los llanos y montañas…
Su lugar: toda la tierra…
su tiempo: toda la vida…
para llegar a donde fue enviado…
No se si es culpa de la
nostalgia, que abre toda las puertas del sueño,
o tal vez de la esperanza,
madre de cualquier empeño,
que se me da por pensar
que el misionero es la
punta del viento
donde el aire se
transforma en un hombre en movimiento.
Como bien le corresponde a
ese viajero eterno,
que por ahí tiene otros nombres,
pero entre nosotros se nos
da por llamarle “misionero”,
hijo de la libertad.
Tantas veces solitario
empedernido,
que ama en silencio a los
pueblos,
pero fiel a su destino
nunca detuvo su marcha,
pues su tarea en el
mundo es enseñar El Camino.
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