El Padre Tomás Hernández, junto a tres delegados de la Palabra hizo el primer recorrido de parte de la parroquia de Rosita, caminando, en algun caso, hasta por 6 horas.
Prinzapolka, hace unos 60 años, era la ruta del comercio para la zona norte de la Costa Atlántica de Nicaragua. Por el río del mismo nombre, se sacaba madera y minerales hacia el Océano Atlántico y, a la vez, se introducía a los campos mineros y madederos y a las pocas ciudades que existían, los productos básicos de alimentación y otros.
Con el retiro de esas empresas, también pasó a ser un municipio marginado. Actualmente experimenta un flujo migratorio en busca de tierras, con todas las consecuencias que nos podemos imaginar.
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